En todos los ojos que he visto, siempre tú
En cada caricia de madre, tan solo tú
En cada semblanza, mi mente vuelve a ti
Eres madre de Dios y no es bueno estar sin ti
Tantos caminos que he peregrinado,
logros, tristezas me han acompañado.
Y aún cuando errando, de ti me había alejado
con tu silencio siempre me has consolado.
Son tantos años que ya no puedo verte
proyectos, viajes, muchos sin suerte;
Han distraído hacia ti mi gran quererte,
desilusión de conocer un mundo inerte.
En la distancia me siento sólo
y aunque te olvide serás mi Madre.
Con tu cariño vas acogiendo
todos tus hijos que están volviendo.
En mi jornada cuando te pienso,
vuelve a mi alma la serenidad
Que tu siempre serás mi madre
y yo siempre seré tu hijo.
protégeme
levántame
y abrázame.
escribí estas líneas en el viaje de regreso de Río de Janeiro a Bolivia. En el avión mientras viajaba escribí en mi celular estos versos.
ResponderEliminarEsta vez no pude viajar a Bolivia, aunque estaba tan cerca.