por Ariel Beramendi
Tenía sólo 14 años cuando tuve mi primer contacto con el Papa Juan Pablo II, en ese entonces estudiaba en el colegio La Salle y junto a varios otros estudiantes niños y adolescentes de los colegios católicos de la ciudad iniciamos a saltar las clases porque periódicamente nos quedábamos en los amplios patios del colegio y otras veces íbamos en grupo al estadio de fútbol Cochabamba - mi ciudad - para realizar ensayos.